El Gobierno ejerció una reducción de las retenciones para las exportaciones que sorprendió al agro debido a que la baja fue mayor a lo que esperaban los productores, sin embargo, si bien es un avance, el sector continuará con sus exigencias y a eso se le agrega el factor climático que complica la producción. En este contexto, este medio se comunicó con la ingeniera agrónoma, Paulina Lescano.
Paulina Lescano destacó que la reducción de las retenciones del 33% al 27% en soja fue una sorpresa para muchos. «El primer impacto fue de alegría, especialmente porque la baja en soja fue mayor a lo esperado. Sin embargo, en el caso de otros granos como maíz y trigo, la reducción fue insuficiente«, comentó. A pesar de la recepción inicial positiva, algunos productores quedaron excluidos de los beneficios debido a la temporalidad de la medida, que sólo aplica hasta el 30 de junio. Esto genera incertidumbre entre quienes cosecharán después de esa fecha.
El ingreso de divisas podría verse afectado ante un aumento en la oferta
Lescano explicó que, en el caso de la soja, la baja de derechos podría representar cerca de 30 dólares adicionales por tonelada. Sin embargo, las condiciones del mercado y las nuevas disposiciones sobre los plazos de liquidación podrían limitar este beneficio. «Ahora, los exportadores deben liquidar dentro de los 15 días posteriores a las declaraciones juradas de ventas, un plazo mucho más corto que el actual, lo que podría desincentivar a algunos actores del mercado», indicó la entrevistada. Además, advirtió que una oferta masiva de mercadería argentina podría presionar a la baja los precios internacionales, afectando el ingreso de divisas.
El factor climático sigue representando un problema para el agro
Otro de los grandes desafíos que enfrenta el sector agrícola es el impacto de las condiciones climáticas adversas. «La zona núcleo, la principal región productora del país, lleva casi cuatro campañas consecutivas con cosechas por debajo de lo esperado debido a la sequía«, explicó. Aunque las lluvias recientes han aliviado parcialmente la situación, su distribución ha sido irregular, lo que mantiene la preocupación en el sector. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires ya ha reducido en un millón de toneladas la expectativa de producción de soja y maíz para este año.
Lescano también abordó la situación de las economías regionales, que ahora disfrutan de retenciones cero. Si bien celebró la eliminación de impuestos distorsivos, advirtió que el tipo de cambio atrasado sigue siendo un obstáculo importante. «Nuestros productos enfrentan dificultades para competir con los de nuestros vecinos debido a un tipo de cambio que no refleja la realidad del mercado«, afirmó. Esta situación complica aún más la capacidad de las economías regionales para expandirse en el mercado internacional.
El pedido del agro hacia el Gobierno
De cara al futuro, la ingeniera agrónoma subrayó que el sector espera medidas que otorguen mayor estabilidad y predictibilidad. «Es crucial que esta reducción de retenciones no tenga un límite temporal tan corto, ya que genera una intervención en el mercado y desincentiva a los productores», opinó. Además, recalcó la importancia de establecer acuerdos entre el Gobierno y los exportadores para maximizar los beneficios de estas medidas.