El 2 de junio, durante una nueva ronda de negociaciones de paz celebrada en Estambul entre las delegaciones de Rusia y Ucrania, el medio estatal ruso TASS publicó una propuesta de paz presentada por Moscú a Kiev. Las negociaciones fueron posibles gracias a un gran esfuerzo llevado a cabo por el presidente estadounidense Donald Trump.
Sin embargo, el contenido del documento ha sido calificado por algunos observadores y medios como más ambiciosa y exigente que propuestas anteriores, generando grandes interrogantes sobre su viabilidad.
Entre las principales exigencias de Rusia se encuentra la retirada total de las fuerzas armadas ucranianas de las regiones de Donetsk, Lugansk, Kherson y Zaporizhzhia en un plazo de 30 días tras un posible alto el fuego.
A pesar de que Rusia no controla completamente estos territorios, exige su reconocimiento internacional, junto con Crimea y una región que denomina »Novorossiya», como parte integral de la Federación Rusa. Asimismo, exige la desmovilización completa del ejército ucraniano en esas zonas.
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Otro punto clave de la propuesta rusa es que Ucrania adopte un estatus de neutralidad permanente, lo que implicaría la renuncia definitiva a unirse a la OTAN o cualquier otra alianza militar.
Se plantea además la prohibición del despliegue de tropas extranjeras en Ucrania, la prohibición de armas nucleares en su territorio, y un veto total al apoyo militar e inteligencia por parte de países occidentales. Ucrania también debería aceptar elecciones supervisadas en su territorio, tras las cuales se firmaría un tratado de paz.
Otras cláusulas exigen que Ucrania renuncie a cualquier demanda de compensación por los daños causados por la guerra, otorgue una amnistía para los llamados »prisioneros políticos», y declare el ruso como idioma oficial del país.
Además, la propuesta rechaza la posibilidad de una fuerza de paz internacional en Ucrania, en contradicción con planes sugeridos por Europa.
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Por su parte, la delegación ucraniana también presentó su propia propuesta durante las conversaciones. Entre sus puntos clave destacan un intercambio de prisioneros en formato »todos por todos», la repatriación de los niños ucranianos deportados a Rusia, y la liberación de todos los civiles ucranianos detenidos por Moscú.
También, Ucrania reafirma su derecho soberano a integrarse en la Unión Europea y la OTAN, y solicita garantías de seguridad internacionales que impidan futuras agresiones rusas.
Kiev también propone que los activos rusos congelados en el extranjero se utilicen para financiar la reconstrucción del país y cubrir reparaciones por los daños sufridos. Si se logra un alto el fuego, Ucrania considera posible negociar el levantamiento parcial de algunas sanciones impuestas a Rusia.
Las negociaciones no lograron avances concretos, y el contenido filtrado de ambos documentos refleja una brecha significativa entre las posturas de ambas partes, lo que dificulta la posibilidad de un acuerdo en el corto plazo.
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