En diálogo con Canal E, el economista Iván Carrino explicó las razones detrás del aumento de tasas decidido por el Banco Central para moderar la escalada del dólar.
La suba de tasas, una herramienta limitada
En los últimos días, el Banco Central decidió subir las tasas para moderar la suba del dólar en el marco del sistema de bandas de flotación. “Podríamos decir que sí, que se logró contenerlo, pero no podemos olvidar que el tipo de cambio tiene espacio para moverse”, explicó Iván Carrino, al tiempo que señaló que un salto abrupto de $1.200 a $1.400 puede generar impactos inflacionarios significativos.
“La tasa de interés hoy está más determinada por el mercado que por el Banco Central”, aclaró, señalando que la política monetaria ha cambiado. Sin embargo, advirtió que el crecimiento súbito de la base monetaria, producto del desarme de las LELIQS, generó un contexto más volátil: “Eso le metió más nata al fuego o más ruido al ruido que ya había”.
Ante la consulta sobre si la suba de tasas es suficiente para contener el dólar, Carrino fue claro: “Si el dólar llegara al techo de la banda, el gobierno podría intervenir, pero las reservas netas positivas rondan los seis mil millones de dólares”. Y aunque esto le da al Banco Central cierto margen de maniobra, “una situación crítica todavía me parece recontra temprano para empezar a pensar en eso”.
Política fiscal, ruido político y expectativas
Carrino subrayó que la clave está en mantener el equilibrio fiscal y no solo en medidas coyunturales: “Estas crisis ocurren cuando el gobierno no cuida el frente fiscal”. Según el economista, hay un compromiso actual del Ejecutivo en cumplir sus obligaciones y mantener el orden de las cuentas públicas.
También puso el foco en el contexto político: “El ruido político es esencial para entender y explicar el contexto económico”, destacó. La incertidumbre preelectoral genera tensiones, sobre todo en un país con antecedentes de default, emisión descontrolada y expropiaciones.
Consultado sobre posibles cambios en el régimen cambiario, fue tajante: “En el corto plazo no me imagino una modificación”, y agregó que el sistema actual de bandas se va ampliando con el tiempo, lo que implica un deslizamiento hacia un tipo de cambio más libre. “Estamos transitando hacia un sistema cambiario donde el tipo de cambio sea casi completamente libre”, sostuvo.
Finalmente, proyectó una normalización del sistema monetario en línea con países vecinos: “El futuro del argentino va a ser parecido al de nuestros países vecinos: un banco central independiente y un dólar que sube o baja según oferta y demanda”.