El FMI reveló que el Gobierno realizó intervenciones por US$ 3.000 millones en el dólar futuro

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A pesar de haber aprobado la primera revisión del acuerdo firmado por US$ 20.000 millones con Argentina en abril, el Fondo Monetario Internacional (FMI) reveló que el gobierno de Javier Milei intervino en el mercado de dólar futuro con más de US$ 3.000 millones a lo largo de julio para contener la corrida cambiaria. Además, el organismo multilateral le advirtió al equipo económico que las injerencias deben ser «limitadas y temporales» ya que podrían suponer un problema mayor en los próximos meses.

Así se desprende del staff report (informe del personal técnico, en castellano) que elaboró el FMI en base al monitoreo de las variables argentinas entre abril y julio. Si bien el prestamista de última instancia destacó el rumbo trazado por la administración libertaria, dejó algunas advertencias respecto al manejo del tipo de cambio, la acumulación de reservas y las interferencias del Banco Central de la República Argentina (BCRA) en el dólar futuro.

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Dólar futuro: el FMI pide controlar las intervenciones

«El personal del FMI celebra la transición hacia un tipo de cambio más flexible, que ya está ayudando a Argentina a enfrentar un contexto externo más desafiante. Sin embargo, se necesitan esfuerzos mayores y sostenidos para reconstruir las reservas internacionales, con el fin de manejar mejor los shocks y sostener la balanza de pagos del país, evitando una dependencia excesiva de los flujos de capitales de corto plazo y alta volatilidad», reza el reporte.

En tal sentido, la entidad liderada por Kristalina Georgieva manifestó que el BCRA tiene que asumir «un rol más activo» en el proceso de acumulación de reservas, considerando la posibilidad de establecer un «cronograma más regular de compras de divisas».

Asimismo, los técnicos remarcaron que las intervenciones en el mercado de contratos a futuro (NDF) «deberían ser temporales y limitarse a situaciones de condiciones desordenadas del mercado, sin reemplazar a otras herramientas de política monetaria en la gestión de la liquidez y la volatilidad de las tasas de interés».

El contrato de dólar futuro permite fijar con anticipación el valor al que se comprará o venderá la moneda estadounidense en una fecha futura específica. A diferencia del spot, que refleja el precio actual de la divisa para transacciones inmediatas, este instrumento no implica el intercambio real de dólares, sino que se salda por la diferencia entre el precio acordado y el tipo de cambio efectivo al momento del vencimiento. Así, una de las partes obtiene una ganancia o asume una pérdida según cómo haya variado el dólar respecto al valor pactado.

Se trata de un derivado financiero que se opera en mercados oficiales y supervisados, como el Matba-Rofex. Cuando es negociado por los hacedores de política económica, cristaliza un intento de anclar las expectativas de devaluación para los meses venideros.

En la práctica, cada contrato estandarizado equivale a US$ 1.000 y puede utilizarse como mecanismo de cobertura ante posibles movimientos bruscos del tipo de cambio o como herramienta especulativa para aprovechar esas fluctuaciones a fin de obtener una ganancia financiera.

A propósito de esta práctica, el organismo internacional expresó que la transición hacia un esquema sin el tipo de cambio como ancla nominal avanzó de forma «relativamente ordenada, aunque se han utilizado intervenciones en el mercado de futuros no entregables (NDF) para corregir disfunciones y mitigar episodios de alta volatilidad en las tasas de interés, como los registrados tras la salida de circulación de los LEFIs«.

Fuerte intervención oficial en el dólar futuro

Según estimaciones del FMI, la posición abierta neta del BCRA en el NDF aumentó a US$ 5.000 millones en julio. El último dato oficial, correspondiente a junio, daba cuenta de un stock de US$ 1.909 millones. Por lo tanto, el Gobierno realizó intervenciones por más de US$ 3.000 millones durante el séptimo mes del año, que estuvo dominado por la crisis de las tasas de interés y un salto de 13% del tipo de cambio.

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Al liquidarse en pesos, los contratos de dólar futuro no representan un desembolso directo de billetes verdes y, en consecuencia, no tiene un impacto directo en las reservas internacionales. No obstante, si puede generar pérdidas en el balance de la autoridad monetaria ya que, en caso de que el tipo de cambio quede por encima de lo que acordó, debería desembolsar pesos para cubrir la diferencia.

Por ese motivo es que el Fondo insistió una y otra vez en su reporte con que las interferencias en los futuros no entregables «continuarán siendo temporales y se limitarán a situaciones de condiciones desordenadas del mercado, con el fin de evitar distorsionar las expectativas y los precios de equilibrio».

A modo de advertencia explícita hacia el gabinete económico del oficialismo, los economistas del FMI subrayaron que «estas herramientas no deben reemplazar a otras políticas necesarias para gestionar la liquidez y la alta volatilidad de las tasas de interés».

«Será clave seguir perfeccionando el actual esquema de metas monetarias, incorporando las experiencias internacionales, para afianzar las expectativas de inflación, aunque también se necesita mayor claridad sobre el régimen monetario y cambiario a mediano plazo«, sumaron.

MFN

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