Se cumplen seis meses de la marcha a favor de los jubilados frente al Congreso de la Nación, en la que el fotoperiodista Pablo Grillo fue brutalmente herido en la cabeza por un cartucho de gas lacrimógeno, lanzado por un agente de Gendarmería Nacional. Desde ese momento, la causa para determinar la responsabilidad del efectivo avanzó, en contraposición a la investigación sobre la cadena de mandos; todo ello en medio de la extensa y delicada recuperación que atraviesa el joven.
La protesta derivó en incidentes y represión por parte de las fuerzas de seguridad federales y de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, resultando en cientos de detenidos y en decenas de heridos, entre manifestantes y efectivos. El caso de Pablo fue el de mayor gravedad, pero también se registraron otros, como el de Jonathan Navarro, que perdió un ojo tras el disparo de una bala de gas pimienta de un prefecto.
La salud de Pablo Grillo sigue delicada: «No está teniendo la evolución que se espera»
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En ambas agresiones fue clave el trabajo del Mapa de la Policía, una red de cuidado ciudadano que individualizó con grabaciones e imágenes quiénes fueron los autores de los disparos. Así fue cómo se identificó que Grillo fue herido por el cabo primero Héctor Jesús Guerrero, cuando el fotógrafo estaba en cuclillas a unos dos metros de una estructura de madera prendida fuego a punto de tomar una foto.
El gendarme es acusado de incumplir los protocolos sobre cómo se utilizan correctamente las armas lanzagases. Esto fue confirmado por la reconstrucción balística que se realizó el pasado 3 de septiembre, la cual ya fue incorporada a la causa. La pericia también concluyó en que la granada habría golpeado primero en la estructura y no pudo determinar la velocidad precisa del proyectil.
“La conclusión más relevante es que se descarta que el disparo de Guerrero haya sido en 45 grados. El disparo horizontal en dirección a las personas es justamente lo que los manuales expresamente prohíben porque genera riesgo de muerte”, explicó a PERFIL la abogada Agustina Lloret, que junto a Claudia Cesaroni patrocinan jurídicamente a la familia del fotógrafo independiente como querellante.
La norma precisa que este tipo de armas deben dispararse en 45 grados hacia arriba o entre los 30 y 45 grados hacia abajo, contrario a lo que Guerrero habría hecho en el momento en que efectuó el lanzamiento que terminó causándole a Pablo una fractura expuesta de cráneo y otras lesiones de carácter «gravísimo».
“Ya lo sabíamos por los videos y las fotos, pero la magistrada quiso darle una impronta científica a la confirmación de ese dato”, agregó Lloret, integrante del equipo jurídico del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales). La causa está a cargo de la jueza María Romilda Servini, del Juzgado Federal N° 1, y en ese sentido la letrada adelantó que luego de las pericias Guerrero deberá presentarse a indagatoria -por primera vez-, el próximo miércoles 17 de septiembre.
Medidas judiciales y el informe de Gendarmería
La familia de Pablo Grillo se presentó ante la Justicia el 21 de marzo, nueve días después de los hechos, para ser tenida como querellante. Además del patrocinio del CELS, cuenta con el de la Liga Argentina por los Derechos Humanos. El pedido de citación a Guerrero fue realizado desde el inicio, pero Servini esperó a tener “prueba independiente y contundente” sobre el presunto accionar ilegal del gendarme.
El efectivo, por su parte, tiene como abogados defensores a Claudio Pedro Nuncija y Martín Luis Sarubbi. Este último también representa legalmente a Sebastián Emanuel Martínez, el oficial de Prefectura Naval acusado de herir en el ojo a Navarro.
Entre otras medidas probatorias, se solicitaron registros audiovisuales de canales de televisión, filmaciones oficiales, listados de personal desplegado, protocolos de actuación, comunicaciones radiales, órdenes de servicio, detalles de armamento y tipo de municiones utilizadas.
Paralelamente, Gendarmería cerró el expediente administrativo (N° 01/25) que investigó la actuación de sus efectivos. El informe sostuvo que las fuerzas “actuaron con profesionalismo” y atribuyó el disparo de la granada de gas que impactó en la cabeza de Grillo a la mala visibilidad y la supuesta imprudencia del joven de 35 años “por ubicarse en la línea de tiro«. No hubo sanciones disciplinarias, por lo que Guerrero sigue en funciones y fue enviado a Santiago del Estero.
Para Lloret, “no hubo una investigación seria” por parte del Ministerio de Seguridad. “Fue una investigación interna, corporativa, destinada a defenderse mutuamente. Repitieron el discurso oficial de que Guerrero disparó como dicen los manuales y no en sentido horizontal, como está prohibido”, afirmó.
Del legajo del cabo primero se desprende que logró aprobar diferentes cursos sobre el Código de Conducta para funcionarios encargados de la seguridad y el uso correcto de armas no letales. “Eso demuestra que sabía perfectamente cómo disparar y que al momento de hacerlo tuvo la voluntad de que fuera de esa manera. No fue una ‘pifia’; tenía la formación y dominio de la forma de efectuarlo”, indicó la abogada.
En este contexto, la letrada expresó que hubo “falta de voluntad total” de parte de Gendarmería y la cartera que conduce la ministra Patricia Bullrich. “Jugaron con los plazos de borrado de los videos, aunque el juzgado los pedía con tiempo e insistía, hasta que al final hubo que allanar para obtener la documentación”, comentó.
De ese procedimiento, llevado a cabo en el edificio Centinela de Gendarmería, se secuestró el informe administrativo, el arma no letal utilizada por Guerrero (modelo “Unic Tipo Lanzagases”, calibre 38.1 mm), otras de iguales características, y diez cartuchos de gas lacrimógeno. A principios de agosto, antes de que se realizara la reconstrucción, la División Balística de la policía porteña hizo una planimetría en la zona de Hipólito Yrigoyen y Solís, donde ocurrieron los hechos que terminaron con Pablo herido.
La cadena de mandos
La integrante del equipo de litigio del CELS sostiene que «hay una muy buena proactividad del juzgado en relación con Guerrero» pero, en su opinión, existe una dificultad en relación con la investigación sobre la cadena de mandos. «Insistimos en profundizar ahí. Por eso pedimos medidas de prueba para entender el operativo, como el diseño, los roles, y comprender quiénes supervisaban y daban órdenes«, agregó.
A modo de ejemplo, la abogada hizo referencia a uno de los videos de las cámaras que portan en los cascos los agentes, donde se observaría a uno de los jefes señalarle al acusado donde disparar. «Guerrero lo hace de forma horizontal hacia los manifestantes y, cuando termina, le da una palmadita en la espalda. ¿Quién es esa persona? ¿Qué rol cumple? Ahí empezamos a problematizar, además del disparo, a título personal del gendarme, quien tenía que controlar el operativo para que esto no pase».
Ahora, el cabo señalado su accionar se presentará a indagatoria y podrá optar por declarar, entregar un escrito o negarse. A partir de allí, la jueza Servini tendrá diez días para resolver su situación procesal y decidir entre procesarlo, dictar la falta de mérito o sobreseerlo. Luego de este paso, Lloret cree que podría avanzarse en lo que respecta a otras responsabilidades jerárquicas.
Cómo está la salud de Pablo Grillo
La familia Grillo señaló que Pablo está «clínicamente estable» y la última operación se realizó con éxito. Los médicos insisten en la necesidad de monitorear la evolución neurológica, un proceso lento y cuyas mejoras pueden demorar. Semas atrás trascendió que no estaba teniendo la recuperación que se espera porque se registró una falta de líquido cefalorraquídeo, pero en las últimas horas volvió a hablarse de una mejoría.
“Está en rehabilitación nuevamente, ya lo trasladaron al Hospital Manuel Roca y estamos expectantes con la evolución neurológica. Desde el punto de vista clínico está bien. La operación salió bien”, confirmó Fabián Grillo, padre del fotoreportero. Antes, se lo había sometido a una nueva intervención en el Hospital Ramos Mejía, donde estuvo internado desde el día en que recibió el impacto en la cabeza.
Este miércoles, antes de que se cumplieran seis meses de los hechos, grupos de jubilados, autoconvocados y organizaciones de periodistas y prensa marcharon hacia el Congreso en reclamo por la libertad de expresión y la situación del joven. La cuenta de la red social Instagram llamada Justicia por Pablo Grillo, que manejan sus allegados para actualizar su estado de salud, anunció para este sábado 13 de septiembre un «Festival solidario y torneo de fútbol» en el Parque Eva Perón de Lanús para homenajearlo y seguir con la protesta.
FPV