SOCIEDAD
La empresa presentó un proceso preventivo de crisis y hay 124 trabajadores con cesantías anunciadas. La planta sigue paralizada
Un grupo numeroso de empleados de Petroquímica Río Terceromarchó este jueves en protesta por el despido de 124 trabajadores. La medida fue acompañada por gremios de distintos sectores, encabezados por el sindicato de los químicos. La preocupación en la ciudad crece ante el posible cierre definitivo de la empresa.
El conflicto comenzó cuando la firma anunció un fuerte recorte de personal por problemas económicos. En octubre pasado, la compañía ya había cerrado su unidad de TDI, que representaba el 80% de su facturación. Desde entonces, inició un proceso de reducción que podría dejarla con sólo 130 empleados.
Actualmente rige una conciliación obligatoria de 15 días dispuesta por la Secretaría de Trabajo provincial. El plazo vence el 4 de agosto y hasta el momento no hubo avances. Los trabajadores advierten que, si no hay reincorporaciones, podrían ocupar la planta.
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Temor creciente por el futuro de la empresa
Petroquímica Río Tercero confirmó esta semana que inició un concurso preventivo de crisis. Lo hizo en la segunda audiencia de conciliación, según el gremio. “Los empleados se deberían poner en la lista de espera para poder cobrar”, advirtió Lucas Felici.
La industria entregó a la Justicia un expediente de 1.800 fojas con balances y documentación financiera. La firma alega que busca reestructurarse por graves problemas económicos. Los gremios creen que el proceso puede dejar a los empleados sin salarios ni indemnizaciones inmediatas.
El cierre de la unidad de TDI agravó el escenario para la compañía. Esa área concentraba gran parte de la actividad industrial. Desde entonces, hubo dos olas de despidos que redujeron fuertemente la planta de personal.
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Movilización masiva y clima de tensión en Río Tercero
Este jueves se realizó una marcha por el centro de la ciudad, bajo el lema “No al industricidio, no al cierre de la fábrica”. Participaron empleados y gremios solidarios. “Sin industrias no hay Río Tercero”, decía el cartel principal de la protesta.
Desde el gremio alertaron: “Frenemos entre todos la masacre laboral que hoy en nuestra ciudad se lleva puesto a cientos y cientos de familias”. Otro cartel reclamaba: “Basta de familias en la calle”. El impacto económico para la ciudad es motivo de gran preocupación.
Durante la conciliación, los empleados cumplen horarios pero las plantas están paralizadas. La describen como una situación de “extrema angustia y presión psicológica”. “Esto es insostenible”, dijo uno de los despedidos, ante la situación actual que atraviesa la empresa.
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